
Un sonido distante, depravado viene hacia a mi,
cada ves más cerca, impregnándose en mi cuerpo,
el cual se retuerce al escuchar tremendo ruido,
mis entrañas las amarra con un simple meow, tan sexy, 
tan sutil y dulce; me inspira tanta ternura,
lo miro y no puedo dejar de hacerlo, comienzo a lamerlo
desde sus patas hasta sus orejas puntiagudas, mmm!
Mi lengua recorre su suave pelaje parecido al terciopelo
lo disfruta,lo goza tanto como yo…. Suspiro! y Maulla!
Su nariz mojada, sus ojos abiertos, su boca plantada,
sus garras tajantes, zarpazos una y otra ves sobre mi pecho,
mi turno es abajo, dentro de la medianoche,
sigue rasguñándome con la fuerza de animal,
baja hasta mi ombligo, hasta mi prohibido sexo,
le gusta, se lo que le gusta…su lengua, larga y excitante
sobre el punto importante, lamidas de horror, lengüetadas de amor,
arriba, abajo, su lengua es un remolino, y me lleva a sentir más,
a querer más, con mi cara de niña, con mis plegarias de puta,
con mi sed de sexo, con mi voz de enferma, con mi dosis de cocaína,
con mi locura de más, con amor a Mathilde…
Quisiera q tuviera ocho manos, pero cuatro patas
son suficientes para que rompa con mi extrema timidez.
Me domina; siento el placer de perra en cuerpo de mujer,
quiero amarte hasta odiarte, q desgracia! 
nuestro amor siempre será imposible.