A Roberto Kin Medina Galan:

Kin, siempre te recordaré con una sonrisa, creo que terminaste con mis lágrimas. Recuerdo que cuando te marchabas cantaban con relación a las ovejas y recordé tu cabello, lo bonito que era, amaba tu vanidad y lo que te gustaba, sushi, Camell, Jagger, Levi's…
Te pienso…
¿por que me dejaste en el ultimo momento?

Si la cuestión era no sufrir, de pronto me pusiste en la madre, aunque recuerdo con exactitud nuestras ultimas palabras, ¡que desgracia!. Siento tu rostro en mis ojos, no tenias por que irte, pero tu decisión es tan respetable como tu nombre. Solecito, brillas por siempre en el corazón de muchas personas, que no se equivocan al sufrir tu lamentable partida, en fin, no hablaré por ellas aunque realmente les harás falta.

Brillas en mi corazón y sufro por no verte más, me haces falta a mi, la vida me cambia pues ya no estás, falta tu risa que contagia a todos, tu buen humor, tus enojos y tristezas, tus fiestas... tu buen gusto para todo, tus charlas llenas de sabiduría, tus hermosos tenis... tus ganas de fumar, tu amor al cine y a la música, tardes, noches, amaneceres... gustosa por tu compañía, te agradezco permitirme conocerte, escucharme y hasta regañarme, por las canciones que cantábamos juntos estando lejos, envidio a los que ahora te tienen en el cielo, pues llegas a ofrecerle lo que de pronto nos quitaste a los de aquí abajo...
a mi Kin!

¡Por que no me dio tiempo de decirte algo más! que afortunados son ellos de tener a quien aquí dejó su nombre, no puedo conformarme con una leyenda cuando pude abrazarte y olerte, a pesar de lo ultimo que pasamos, te quiero, admiro y respeto, a pesar de todo, se que me guardas en algún lugar de tu corazonsote. A pesar de todo... brillarás por siempre en mi vida.

P.D. Mi querido Kin quiero pedirte dos cosas... 1. Dejame dormir 2. Cuando nos vayamos a encontrar, por favor, no vuelvas a escapar.

Tu Beliwis.